PORSCHE
Publicado: Lun Abr 07, 2014 1:33 pm
Hacía tiempo que no escribía en este querido foro, por desencanto hípico y personal. Siempre leo igual. Pero me parece válido contarles la historia de Porsche, más aún cuando no tiene carpeta y acaba de ganar Trébol de Plata en el Hipódromo Chile.
Siempre trato de conocer la mayor cantidad posible de F.S. A Porsche lo seguí desde su debut en el Club Hípico en mayo. Llegó undécimo, pero luego cuarto, sexto y quinto en una milla ya con 3 años. Le hice una oferta a Víctor Saleh, pero me decía “más adelante”. Hasta que el 27 de septiembre debuta en arena, llegando séptimo. Y como estaba de cumpleaños el 28, insistí con mi papá como intermediario ¿El pretexto? “Quiero regalarme un caballo”. Saleh accedió a venderlo ¿Cuánto vale? “$ 3.500.000”, escuché al otro lado. Lo encontré un poco caro, pero era mi cumple. A ese precio debía buscar socios. Me acordé de mi amigo Mero Mero cuando le dije dos meses antes “Ando detrás de Porsche”. Él me dice: “Yo también”. Pura coincidencia. Así se hizo la sociedad con él y su padre, don Francisco. Pero no nos habíamos informado bien…
Hacía ocho años que no le llevaba un caballo a Pichara. En 2005 ganó cinco carreras con Seducido que venía en baja donde Sergio Inda, quien lo había llevado a primera serie. A los dos días que Porsche llegó a su corral me dice: “Devuelve al tiro esta $&#&%. Es un cadáver de flaco ¡Cómo pagaste esa plata, #%&”&!” Al primer cotejo me dice: “Nadie lo quiere montar. Botó a dos jinetes ¿Sabías que hay entrarlo con cinco paradores al partidor?” Me asusté, pero le tenía una fe ciega al caballo, perdón, fiera. El único que se atrevió fue Pato Zuñiga, quien además lo cuidaba (Plop). A las tres semanas llegó cuarto, de pato y pagando $ 65. Feliz. Pichara me cuenta un secreto: “Tu caballo pesó 435 kilos, dije en el control 20 más para que no te cayeras de… Te apuesto que en el Club hacían lo mismo”.
A la siguiente llegó segundo del buen Por Ti Seré en 1.800, botando antes a Franco Olivares y con show de 5 minutos para entrarlo. Me ilusiono. Después llegó a 28 cuerpos, reventando en sangre. Me desilusiono. Lo bajamos a 1.300 y llegó sexto de Pyrat y El Distinto (caballazos), volando en los finales tras partir mal. Luego a 28 cuerpos, parándose como estaca porque llegó “tapado en mocos”. Me preocupo. Pichara le hace un tratamiento express y a los nueve días corre 1.300, volviendo a caminar. Se lo quito, pero le agradezco porque supo sacarle ligereza. Me responde: “No se la pude pillar. Suerte, ojalá rinda en otro lado. Es muy recontraproblemático”. Un gentleman. Mientras me llama Luis Machulás (el destino) y sentí que quería prepararlo pese a ser un fierro caliente. Mero me apoya, pero nos enteramos que Pato Campos trabaja como su assistant. Con él tuve un problema serio después de una buena entrevista, aunque sabe mucho de caballos y potencia el corral. “Don Luis, el caballo es suyo. Sin problemas. Suerte”.
Porsche necesitaba un tratamiento. Y sin tanto Lasix (pan para hoy, hambre para mañana). Machulás me informa día por medio de su recuperación y su cuidador le pone gran empeño para domarlo hasta que reaparece el 6 de febrero con Jeremy Laprida. Ganó por 8 ¾ y en 1.11.70 (el mismo día Cumpleaños Feliz en 1.10.90). Me vuelvo loco. Pichara nos felicita. Luego sufre un zapatazo, quedando de para por mes y medio. Primera vez en hándicap y de noche ganó sufriendo a Pichincola y La Flopy en mal tiempo. Jeremy, que además lo sacó forzado, dice que mañoseaba de la luz y se retacaba (¡Fiera!). Pero ayer, mejor puesto de la reaparecida, ganó por 2 ¼ cuerpos, más dosificado, en mejor crono y con un buen cambio de ritmo en la curva final. Entró en 15 segundos al partidor. Mi primer Trébol de Plata tras 15 años como propietario. Ni Sigue Tu Camino ni Quien Te Quiere pudieron. La piocha es insignificante, aunque el simbolismo de ganar tres carreras seguidas y siendo gran favorito, es tremendo. El hijo de Tanaasa que partió siendo un Lada ahora es un Porsche. Está invicto con Machulás, quien quedó a cinco carreras de las 1.000. Y ahora irá por el Trébol de Oro (¡Quién lo diría!) con los colores del Mero porque nos turnamos por meses. Gracias a la hípica, que me ha dado tanto ¡Arraaanca, fiera!
Siempre trato de conocer la mayor cantidad posible de F.S. A Porsche lo seguí desde su debut en el Club Hípico en mayo. Llegó undécimo, pero luego cuarto, sexto y quinto en una milla ya con 3 años. Le hice una oferta a Víctor Saleh, pero me decía “más adelante”. Hasta que el 27 de septiembre debuta en arena, llegando séptimo. Y como estaba de cumpleaños el 28, insistí con mi papá como intermediario ¿El pretexto? “Quiero regalarme un caballo”. Saleh accedió a venderlo ¿Cuánto vale? “$ 3.500.000”, escuché al otro lado. Lo encontré un poco caro, pero era mi cumple. A ese precio debía buscar socios. Me acordé de mi amigo Mero Mero cuando le dije dos meses antes “Ando detrás de Porsche”. Él me dice: “Yo también”. Pura coincidencia. Así se hizo la sociedad con él y su padre, don Francisco. Pero no nos habíamos informado bien…
Hacía ocho años que no le llevaba un caballo a Pichara. En 2005 ganó cinco carreras con Seducido que venía en baja donde Sergio Inda, quien lo había llevado a primera serie. A los dos días que Porsche llegó a su corral me dice: “Devuelve al tiro esta $&#&%. Es un cadáver de flaco ¡Cómo pagaste esa plata, #%&”&!” Al primer cotejo me dice: “Nadie lo quiere montar. Botó a dos jinetes ¿Sabías que hay entrarlo con cinco paradores al partidor?” Me asusté, pero le tenía una fe ciega al caballo, perdón, fiera. El único que se atrevió fue Pato Zuñiga, quien además lo cuidaba (Plop). A las tres semanas llegó cuarto, de pato y pagando $ 65. Feliz. Pichara me cuenta un secreto: “Tu caballo pesó 435 kilos, dije en el control 20 más para que no te cayeras de… Te apuesto que en el Club hacían lo mismo”.
A la siguiente llegó segundo del buen Por Ti Seré en 1.800, botando antes a Franco Olivares y con show de 5 minutos para entrarlo. Me ilusiono. Después llegó a 28 cuerpos, reventando en sangre. Me desilusiono. Lo bajamos a 1.300 y llegó sexto de Pyrat y El Distinto (caballazos), volando en los finales tras partir mal. Luego a 28 cuerpos, parándose como estaca porque llegó “tapado en mocos”. Me preocupo. Pichara le hace un tratamiento express y a los nueve días corre 1.300, volviendo a caminar. Se lo quito, pero le agradezco porque supo sacarle ligereza. Me responde: “No se la pude pillar. Suerte, ojalá rinda en otro lado. Es muy recontraproblemático”. Un gentleman. Mientras me llama Luis Machulás (el destino) y sentí que quería prepararlo pese a ser un fierro caliente. Mero me apoya, pero nos enteramos que Pato Campos trabaja como su assistant. Con él tuve un problema serio después de una buena entrevista, aunque sabe mucho de caballos y potencia el corral. “Don Luis, el caballo es suyo. Sin problemas. Suerte”.
Porsche necesitaba un tratamiento. Y sin tanto Lasix (pan para hoy, hambre para mañana). Machulás me informa día por medio de su recuperación y su cuidador le pone gran empeño para domarlo hasta que reaparece el 6 de febrero con Jeremy Laprida. Ganó por 8 ¾ y en 1.11.70 (el mismo día Cumpleaños Feliz en 1.10.90). Me vuelvo loco. Pichara nos felicita. Luego sufre un zapatazo, quedando de para por mes y medio. Primera vez en hándicap y de noche ganó sufriendo a Pichincola y La Flopy en mal tiempo. Jeremy, que además lo sacó forzado, dice que mañoseaba de la luz y se retacaba (¡Fiera!). Pero ayer, mejor puesto de la reaparecida, ganó por 2 ¼ cuerpos, más dosificado, en mejor crono y con un buen cambio de ritmo en la curva final. Entró en 15 segundos al partidor. Mi primer Trébol de Plata tras 15 años como propietario. Ni Sigue Tu Camino ni Quien Te Quiere pudieron. La piocha es insignificante, aunque el simbolismo de ganar tres carreras seguidas y siendo gran favorito, es tremendo. El hijo de Tanaasa que partió siendo un Lada ahora es un Porsche. Está invicto con Machulás, quien quedó a cinco carreras de las 1.000. Y ahora irá por el Trébol de Oro (¡Quién lo diría!) con los colores del Mero porque nos turnamos por meses. Gracias a la hípica, que me ha dado tanto ¡Arraaanca, fiera!